Dice un refrán que “quién escucha consejos llega a viejo”, y ciertamente en el ciclismo, aprender de quienes tienen amplia experiencia y vasto conocimiento al respecto, de seguro nos permitirá avanzar con mayor seguridad. Y aunque el proceso de cada uno es diferente, no está de más conocer aspectos que posiblemente parezcan básicos pero que como la palabra lo indica, son la base para alcanzar un mejor nivel. Toma nota y pon en práctica los siguientes consejos.
1. Elige bien tu bicicleta
Esto implica tener en cuenta la modalidad en la que entrenas, la talla y tu presupuesto. Una bicicleta ajena puede ser una experiencia dolorosa porque cada ciclista tiene una medida diferente y aunque parezca algo insignificante, te pasa factura mediante lesiones en poco tiempo; por eso, es malísima idea comenzar a entrenar con cualquier bici sin antes revisar otros aspectos en realidad importantes.
Cuando decidas comprar la bicicleta, ten presente el uso que le darás. Luego de tener la bicicleta adecuada, hazle un ajuste básico en cuanto a la altura y desplazamiento del sillín. Revisa la transmisión, los frenos y aprende poco a poco sobre su cuidado diario antes y después de cada salida. Son aspectos sencillos que aunque se pueden realizar por un experto inicialmente, puedes aprenderlos y hacerlos parte de los entrenamientos.
2. La hidratación hace parte del entrenamiento
Si desde el primer día tienes clara la importancia que cumple la hidratación en el entrenamiento de un ciclista, has comenzado bien. Ten presente que durante el día anterior a la salida, debes mantenerte hidratado; de esta forma, los músculos estarán en mejores condiciones para el desempeño que requieren. Tanto si haces rutas largas o cortas, lleva al menos un litro de bebida, teniendo en cuenta que es probable que por momentos te alejes de zonas habitadas y sin posibilidad de hacer alguna parada. La bebida no debe estar muy fría, es mejor que se encuentre en una temperatura ambiente para que el cuerpo la reciba sin esfuerzo y pueda realizar su correspondiente metabolismo. Así que, nada de termos llenos de hielo. No lo necesitas.
No esperes a que te de sed, el cuerpo está sufriendo un desgaste constante y necesita sorbos cada 15 o 20 minutos durante el recorrido. Luego de bajar de la bici, continúa tu hidratación. El cuerpo tarda en recuperarse varias horas y beber sorbos pausados, al menos un litro cuando hiciste una sesión intensa de 3 horas de bicicleta es un acto que tu cuerpo y rendimiento agradecerán.
3. El kit de herramientas, jamás se deja en casa
Salir sin un kit de herramientas y repuestos básicos es casi lo mismo que salir sin hidratación, dinero o identificación personal. Pero más que llevarlo consigo, es aprenderlo a usar con tiempo para no quedar de manos cruzadas cuando ocurra una emergencia. Lo básico que debes tener durante el recorrido en una mochila, es una bomba de mano, parches, multiherramientas, eslabones, una cámara de repuesto y un tronchacadenas.
4. Incrementa la intensidad de forma gradual
Cuando se comienza un entrenamiento el entusiasmo está al tope, sin embargo, suele bajar muy rápido si no se van realizando tareas que mantengan el interés, y una de ellas, es precisamente mantener una intensidad lineal. Duplicar la intensidad cada semana puede causar inseguridades pero estas son las situaciones que le inyectan adrenalina al entrenamiento; el reto personal de aumentar gradualmente la intensidad evita que se presente un sobreentrenamiento o lesiones, pues todo va subiendo a la medida que es y no drásticamente. Arriesgarse a este incremento y plantearse objetivos realistas y sostenibles en el tiempo, mantendrá alta la motivación y las ganas de entrenar.
5. Disfruta el proceso con calma
Existe un tiempo de acondicionamiento físico y aprendizaje sobre las técnicas que no se puede pasar por alto. En él, tu cuerpo comienza a acostumbrarse al ejercicio y el sistema cardiovascular y muscular se adapta a la rutina de entrenamiento. El manejo de ciertas destrezas lleva tiempo y lo único que puedes hacer es tomarlo con calma. Pretender pasar de cero a un máximo nivel sin siquiera haber errado y aprendido dentro de la misma práctica, solo te llevará a que algún día quieras desistir. Pero si disfrutas el proceso, los resultados serán más placenteros.
6. Nunca dejes de preguntar
Un novato deja de serlo cuando adquiere experiencia; que no te de pena preguntar y rodearte de personas que puedan despejar las dudas que te pueden estar limitando. Si lees en redes, visita páginas confiables en donde siempre estén dispuestos a solucionar tus inquietudes.
7. Evita las comparaciones
Nadie tiene un proceso idéntico. Algunos llevan muchos años y un nivel diferente al tuyo; no intentes hacer en un mes lo que ellos llevan en kilómetros. Si te obsesionas con los resultados, es más probable que desistas. Cada quien en su tiempo y en su propio proceso.